Vivo en esta tierra
que me desespera.
Vivo en esta tierra
a veces ya desierta.
Fuel Fandango
El nudo en la garganta ha vuelto;
aprieta fuerte para recordarme que
salir corriendo hacia la niebla
siempre es una opción cálida y confusa,
liberadora. Desaparecer.
Mi cuerpo está dispuesto,
me habla bajito mientras me arreglo por la mañana,
mientras remuevo el café.
Las piernas se disparan bajo el escritorio; es un tic nervioso que concentra
mil carreras cobardes, felices.
Al otro lado me espera esa bruma blanca,
bella, despiadada y orgullosa,
que se lo traga todo sin contemplaciones,
que no pregunta, que libera y destruye
a la vez, como el cristal.
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