escurridiza entre tus piernas
querrás besarme
abofetearme con fuerza de titán.
Desespero, desquicio,
ése es mi superpoder,
inútil para mí,
os guarda de las sombras.
Matarratas, mercurio,
cianuro, arsénico,
plomo, vidrio picado...
más suaves que mi aleteo.
No te atrevas a considerarme,
yo no lo hice jamás,
huye ahora que puedes:
las lagartijas rojas
no somos de fiar.
Yury Darashkevich
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